Estuvieron toda la noche a remojo en lejía, los pasé unos minutos por la plancha, a continuación los salé con mataratas y los unté con mierda fresca de perro, mientras se secaban, puse un par de hamburguesas de Maldonas en la picadora hasta reducirlas a una pasta muy fina, rebocé los pinchos morunos en la pasta y, echándome a reír, me dije: Si con esto no palma ese hijoputa habrá que meterle unos tiros.
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